Las empresas que han implantado el teletrabajo con éxito ya están recogiendo sus frutos: han reducido el índice de absentismo y aumentado el nivel de motivación entre sus empleados, dando como resultado una importante mejora en su productividad. Además del ahorro que ofrece el teletrabajo en gastos de infraestructura derivados por el hecho de tener menos empleados trabajando físicamente en las oficinas.
Es por ello que el teletrabajo se ha convertido actualmente en uno de los objetivos estratégicos prioritarios en las empresas españolas.
• ¿Qué tipo de tareas se podrán realizar en modalidad teletrabajo?
• ¿Quiénes podrán ser teletrabajadores?
• ¿Cuántos días van a teletrabajar desde casa y cuantos en la oficina?
• ¿Cuándo se precisarán reuniones presenciales?
• ¿Cómo gestionar y supervisar a los teletrabajadores?
• ¿Cómo asegurar que el teletrabajador se encuentra conectado?
• ¿Cómo se conectará el teletrabajador a los sistemas de la empresa?
• ¿Qué herramientas de comunicación se utilizaran?
En principio no todos los trabajadores de la empresa son aptos para poder hacer teletrabajo, como dijo Belanger[1] «No todos los trabajadores son buenos candidatos para el teletrabajo. En algunos casos, el individuo no es capaz de realizar sus funciones sin la disciplina, estructura y la interacción social que se transmite en una oficina tradicional».
Recomendamos que el teletrabajo sea de participación voluntaria, puesto que si un trabajador no desea realizar esta modalidad de trabajo, el resultado podría llegar a ser un fracaso y por lo tanto la empresa no obtendría la productividad esperada en el empleo de esta modalidad.
• Constancia y para adaptarse a este nuevo modelo de trabajo.
• Auto-motivación y Responsabilidad. El trabajador debe de haber manifestado ser una persona responsable en el cometido de sus tareas en la oficina y que tenga la capacidad de automotivarse.
• Emprendedor.
• Capaz de trabajar sin una supervisión continua y directa.
• Compromiso con el programa de teletrabajo.
• Organizado.
[1] BELANGER, F. “Distributed work arrangements: A research framework”. Information Society. Vol. 14. Nº 2. Abril-Junio 1998. Pág. 145.
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